viernes, 14 de agosto de 2015

¿Inlcuir la TV en las prácticas Educativas?

Una mirada hacia la TV que miran nuestros alumnos


“...La relación y representación que los maestros construyen de los medios de comunicación también afecta (de los chicos) su imagen del mundo y su percepción de la realidad...”[1].
Es decir, aprovechando la masividad de la televisión, los docentes pueden tomar elementos pertenecientes a dicho medio para la construcción de saberes, dando una mirada diferente y mucho más cercana, e incluso más atractiva, a la realidad de los alumnos.
Del mismo modo, dado la influencia que aún hoy en día tiene la televisión (por ejemplo), y a pesar del impacto de internet y las nuevas tecnologías, no se debe olvidar como una herramienta más a tener en cuenta a la hora de la práctica en el aula, pues es un recurso no sólo para crear saberes sino también para atrapar el  interés por parte de los estudiantes,  ya que es parte de su cotidianidad.
Un desafío que aquí surge para los docentes es salir de los programas de culto y los noticieros, y sobre todo, tal y como propone la autora del diario, para, por otro lado, poder abordar las temáticas desde programas de entretenimiento (series, películas, novelas, unitarios) como disparadores o situaciones problema por ejemplo, con las cuales puedan realizarse análisis y reflexiones tanto de los saberes como de los impactos sociales de los medios de comunicación, y poder anular, a la vez, la posición negativa que se tiene con respecto a los mismos, para que realmente se desemboque en una educación en medios.
Para el docente, plantearse este desafío, es replantearse, en palabras de la autora “las proposiciones didácticas”[2]. Es decir, que debe trabajar con la diversidad cultural del aula, tomar una postura reflexiva en torno a los orígenes sociales y culturales de los alumnos y re-elaborar las propuestas de enseñanza a fin de no negar sus raíces. A su vez sería pertinente iniciar a los estudiantes en un proceso de análisis, exploración y descubrimiento de los medios, recordando, como decía Vigotsky, que “...el conocimiento también es un constructo social...”.
En otro punto de análisis, tanto Morduchowicz como Cabero Almenara señalan la falta de la inclusión de la televisión como instrumento didáctico, es decir para aprender “de ella” y no “sobre ella”[3], tal como señala Morduchowicz en uno de los relatos recogidos de un docente:
“... Una vez cada quince días ven los dibujitos de la televisión y luego lo usamos para plástica o en lengua cambiamos el final de la historia....”[4]
Tal y como se ve, hay un trabajo con el medio, pero queda relegado el trabajo para acercar la cultura escolar y la cultura social una a la otra. Dicho de otra manera, habría que replantear la propuesta didáctica para trabajar desde el medio televisivo en sí, para poder reconocer las particularidades que el mismo tiene y las ventajas de esa especificidad en el proceso de enseñanza - aprendizaje.
Dice Cabero Almenara que la cuestión, más allá de si se utiliza la televisión como instrumento didáctico, es el poder abordar a la televisión desde una posición crítica y reflexiva, teniendo en cuenta por ejemplo, que la programación del medio televisivo no es inocente y que detrás de esa transmisión existen intereses particulares. Habría que enfatizar, entonces, que la televisión es también una producción cultural no aislada de su contexto social.
Se trata de pasar, como dice Cabero Almenara, de un profesor como transmisor de la información a otro que sea capaz de crear sus propias propuestas de aprendizaje, que genere actitudes de apropiación autónoma y colaborativa en sus alumnos. Por esta razòn es fundamental la incorporación, en la formación docente, de herramientas que permitan la correcta utilización de este medio en su práctica.
Así mismo, plantea el autor que en general los estudiantes están más predispuestos a aprender por medios televisivos, para ellos, dice, es “más fácil”. Sin embargo, incorporar el medio al aula implicaría una selección por parte del docente de una estrategia didáctica adecuada, teniendo en cuenta, los objetivos, los receptores (la cultura y los contextos socio - culturales) y las actividades que se pretenden realizar con el mismo. Lo ideal sería poder lograr realmente aprendizajes significativos, que el vínculo con el medio pase de ser pasivo a activo tanto desde el rol docente como desde el rol de estudiante.



[1]              Morduchowicz R. (2007) A mí la tele me enseña muchas cosas, Paidós, Buenos Aires. Capítulo 4, P:65.

[2]              Morduchowicz R. (2007) A mí la tele me enseña muchas cosas, Paidós, Buenos Aires. Capítulo 5, P:82.

[3]              Cabero J. (2007) La televisión educativa: actos a contemplar para su integración curricular, ANALES de la Universidad Metropolitana. P: 19

[4]              Morduchowicz R. (2007) A mí la tele me enseña muchas cosas, Paidós, Buenos Aires. Capítulo 4, P:70.

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